Podemos deducir por tanto, que uno de los aspectos clave en la labor del instructor, es mantenerse informado sobre las novedades y cambios en las normativas y reglamentos que rigen los exámenes de grado de cinturones negros. No estar al tanto de estas actualizaciones puede derivar en problemas para los alumnos al presentarse a exámenes con tribunal, donde podrían encontrarse con requisitos desconocidos o pruebas que no han sido debidamente preparadas.
Para evitar sorpresas desagradables y garantizar que los estudiantes tengan éxito en sus exámenes (o cualquier otro tipo de evento oficial) en la federación deportiva de su disciplina, los profesores deben:
Estar en contacto con la federación correspondiente, asistiendo a reuniones, seminarios y cursos de actualización. Para ello, claro, deben tener la titulación oficial necesaria.
Revisar periódicamente los reglamentos y criterios de evaluación que se aplican en los exámenes de grado.
Actualizar sus métodos de enseñanza, incorporando nuevas técnicas y enfoques que mejoren la preparación de los alumnos de manera general y con vistas a esos posibles cambios.
Guiar a los practicantes en su preparación y proceso de obtención de un nuevo grado, con un asesoramiento correcto y la preparación específica para cada nivel de examen.
En definitiva, un instructor comprometido no solo forma buenos artistas marciales, sino que también protege el esfuerzo , la dedicación y la economía de sus discípulos al garantizar que estén completamente preparados para cada desafío. Para ello tiene que tener interés en su propia formación y en estar actualizado con las posibles novedades normativas que les afecten de cara a la preparación de exámenes y otros. Lo contrario , además de negligente es desleal para con ellos. Lo mismo puede decirse por tanto de las entidades donde estos aspectos no son tenidos lo suficientemente en cuenta y se consientan o promuevan este tipo de circunstancias. Una cosa es un error, o fallo puntual, y otra dejadez e indolencia.